viernes, 19 de junio de 2015

¡Manos a la obra!

Cuando llevas medio año de búsqueda sin haber tenido suerte, es normal  hacerse preguntas. Yo empecé a sospechar que algo no iba bien un poco antes y mis temores finalmente se confirmaron, pero eso ya os lo contaré más adelante en otro post. Vamos por partes. Seis meses después de comenzar la "operación baby" seguíamos sin conseguir un positivo y nuestros ánimos, sobre todo los míos, empezaron a decaer. Dimos por hecho que teníamos algún problema y decidimos que debíamos hacer algo para ayudar a la naturaleza a hacer su trabajo.




Hay muchas cosas que se pueden hacer para mejorar la fertilidad y aumentar las posibilidades de embarazo. Yo leí mucho en internet sobre este tema y al final opté por preguntarle a mi masajista de entonces, que además es naturópata. Quería probar cosas naturales antes de nada, porque ya sabía que si acabábamos entre médicos el tratamiento iba a ser de todo menos natural. Pensé que no perdía nada por probar y tenía razón.




Yo siempre he pensado que no tenía problemas para ovular, pero lo cierto es que casi nunca veía el famoso "moco cérvico" que anuncia la ovulación hasta que empecé a tomar las pastillas que me recomendaron. Probé con perlas de onagra (dos o tres al día antes de las comidas), zinc oligoelementos (fundamental para la fertilidad según dicen) y unas pastillas de Dong Quai (una planta asiática que fortalece y regula el sistema reproductor femenino). Fue con ésto último cuando mi ovulación se hizo más que evidente y he de decir además que era puntual como un reloj, algo que corroboré después cuando empecé con los tests de ovulación.

Sin embargo, el problema muchas veces no es la mujer, el hombre también juega un papel importante en todo esto. Dicen los expertos que cada vez son más las parejas que acuden en busca de ayuda a las clínicas por problemas de fertilidad relacionados con la calidad del semen. El estrés, la edad, la alimentación y el ritmo de vida que llevamos parecen ser factores clave en todo esto. Así que decidimos tomar medidas, por si acaso. 

Mi pareja empezó a tomar Zinc oligoelementos (sirve tanto para hombres como para mujeres), un complejo vitamínico (importante que tenga magnesio, a veces también tienen zinc, así que no serían necesarios los oligoelementos) y por último, y fundamental en nuestro caso MACA ANDINA (la hay en pastillas o en polvos para diluir, hacen el mismo efecto, pero en mi opinión las pastillas son más cómodas). La Maca Andina, como su propio nombre indica, proviene de una raíz de Los Andes peruanos y es más que conocida porque, entre otras cosas, mejora la calidad del semen en pocos meses. Hay millones de entradas en internet que recomiendan estas pastillas que, aunque huelen horriblemente, es verdad que hacen su labor. En nuestro caso funcionó, pero eso también os lo contaré otro día. También las pueden tomar las mujeres, pero yo opté por centrarme en el Donq Quai.

Por último me gustaría dejar claro que todas estas cosas no hacen milagros, son complementos que pueden ayudarnos a que el embarazo sea más fácil de conseguir. En nuestro caso, aunque mejoraron nuestras condiciones, el positivo no llegó. Aún así, creo que el avance fue importante y por eso os lo cuento hoy aquí. Espero que le pueda ayudar a alguien y, por supuesto, ¡nos informe!






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