viernes, 19 de junio de 2015

A la caza de la ovulación

Junto con el post de las "ayuditas naturales" para conseguir el positivo, está podría ser una de las entradas top de mi blog. ¿Que por qué? Pues porque después de meses de intentos fallidos lo que todos queremos es acertar con el día para asegurarnos de que hacemos diana.



El sexo es uno de los mejores inventos de la historia. Ayuda a desestresar, descargas adrenalina, te une más a la persona a la que amas, ¡te da placer!... Pero cuando llevas meses "dale que te pego", perdón por ser tan clara, la verdad es que puede llegar a perder toda su gracia. La máxima de cuantas más veces, más probabilidades se convierte en el día a día y la famosa "semana fantástica" se hace más bien poco llevadera.

Por si no habíais oído hablar de la semana fantástica os diré que es la forma que tienen muchos de referirse a la semana de la ovulación. Al principio se hacen los cálculos a ojo, unos once o doce días después de la ovulación se empieza a deberear y así hasta más o menos el día 18, dependiendo de las reglas de cada una. Para saber, a ojo de buen cubero, cuándo ovularemos, se puede recurrir a los famosos calendarios de ovulación que hay en internet. Rellenas dos casillas, la del día de tu última regla y la de la duración de tus ciclos, y te indica cuál será la fecha adecuada para tener relaciones. En mi opinión, estos calendarios están bien, pero son más orientativos que otra cosa, porque cada persona es un mundo y cada ciclo, incluso de la misma mujer, también.

Un buen indicador de que la ovulación está cerca es la aparición del moco cérvico. Suele hacer acto de presencia unos dos días antes de que se produzca el momento en cuestión y anuncia que es el momento ideal para tener relaciones. Ese moco, de apariencia transparente y pegajosa (algunos dicen que es como la clara de huevo y la verdad es que es bastante acertado), actúa como medio de transporte de los espermatozoides. Podríamos decir que les ayuda en su viaje de la vagina al útero, les facilita un camino que, aunque no lo parezca, está lleno de obstáculos. Si detectamos el moco cérvico, es señal de que ya podemos empezar a hacer nuestros deberes. Los próximos cuatro o cinco días serán clave y recomiendan tener relaciones en días alternos o cada dos días.

Sin embargo, detectarlo no siempre es fácil y no detectarlo no significa necesariamente que no vaya a haber ovulación. Normalmente,  se puede ver cuando vamos al baño, al limpiarnos con el papel higiénico podemos ver un flujo incoloro, pegajoso y elástico. Si se coge un poco entre el dedo pulgar y el índice, se estirará y encogerá sin romperse como si fuera de goma. Ese es el moco perfecto de ovulación.



Como ya os dije en otro post, yo empecé a notar ese flujo en abudancia y de forma evidente tras tomar las pastillas de Dong Quai. Aparecía siempre en mi día diez u once del ciclo y unas 48 horas después el test de ovulación me daba positivo. Era matemático y recuerdo que me hacía una ilusión descomunal, casi como si se tratara del otro positivo.

Elegir qué test de ovulación utilizar no es sencillo, y además puedes dejarte un dineral según la opción que escojas. El de Clearblue es quizá el más conocido, pero es muy caro y limitado en mi opinión. Os explico por qué. Ese test en cuestión tiene una carcasa y luego varios tests que deberás introducir para comprobar si estás o no ovulando. El fallo es que no son suficientes , creo recordar que vienen unos siete o así, y muchas veces los terminas y no te ha dado positivo ninguno.

Además, hay que tener en cuenta que el mismo día que un test te ha dado negativo, al de unas horas, puede ser positivo. El truco está en encontrar el pico de la hormona luteinizante (hormona LH) y eso va cambiando en cuestión de horas. Por eso mi recomendación es hacerse entre dos y tres tests diarios los días que creamos que la ovulación debería estar cerca. En mi caso, como podéis ver en la foto, el mismo día a la mañana y al mediodía la cosa cambiaba de negativo a positivo.



Lo que yo hacía era guardar los tests y pegarlos en un cuaderno, poniendo la hora y el día. Con el tiempo las rayitas se van borrando, pero todavía se puede ver el positivo. El día doce al mediodía. Y eso que a primera hora de la mañana me había dado negativo. En mi caso, el pico de hormona LH lo encontraba casi siempre entre la una y las dos del mediodía. También podéis ver que hay algún corazoncito y alguna gotita dibujados bajo los tests. Los corazones significan que hicimos deberes y la gotita que había aparecido el flujo. Si os fijáis, tal y como os había comentado, 48 horas después de aparecer el moco cérvico, estaba ovulando.

Y ahora la pregunta es, ¿cómo hacerse varias pruebas sin arruinarnos? Muy fácil, con los tests de "rayitas" de marcas como UNITEST. Son los que aparecen en mis fotos, se compran por internet y te vienen con varias pruebas de embarazo. Todo a un precio bastante asequible que rara vez supera los 12 euros. Ah! y vienen unos 20, así que a mí me llegaba para unos dos ciclos más o menos.

La única desventaja que tienen estos tests es que a veces pueden confundir porque para que sea positivo las dos rayas tienen que ser de igual intensidad (importante dato, no lo paséis por alto), de lo contrario no estaremos ovulando. El de Clearblue es cierto que es más claro porque o te aparece la carita sonriente o no, aunque en mi caso nunca apareció y yo sabía que estaba ovulando porque había detectado el flujo cervical.

Elijáis el método que elijáis, lo que es seguro es que una vez que da positivo, entre aproximadamente 12 y 36 horas después ovularéis, así que ya sabéis, será el momento de deberear. El óvulo sobrevive unas 24 horas y suele ser bueno que los espermatozoides estén esperándolo en las trompas de falopio, por eso se recomienda empezar a tener relaciones antes de la ovulación. Pero el milagro puede ocurrir en cualquier momento así que después de la ovulación no está de más volver a intentarlo.

Ahora sólo me queda desearos muchísima suerte!!!   


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